¡Hola!
Hoy vengo con dos píldoras que sé te van a gustar.
No vayamos con más preámbulos y ¡empecemos!
UN DATO CURIOSO.
¿Sabías que… hacer ejercicio de forma regular te ayuda a tener una mejor función cognitiva?
Vamos, que hacer ejercicio hace que tu cerebro funcione mejor para todo.
Se han hecho muchísimos estudios en personas mayores con demencia o alzheimer y han podido observar como la práctica de ejercicio físico mejora significativamente sus capacidades cognitivas.
Y es por esa razón por la que les quitan la tele y les ponen a hacer ejercicio, así además de esta forma, también mejoraran su condición física y salud en general.
Y lo más importante, mejoran su autonomía.
También se han hecho muchísimos estudios sobre el rendimiento de los niños en la escuela. Y aquellos niños que hacen ejercicio de forma regular, obtienen mejores notas.
Por lo tanto, es mala idea castigar a los pequeños de casa privándoles de hacer actividad física o cualquier práctica deportiva.
De igual forma, es lógico pensar que la relación de la actividad física y el rendimiento se puede aplicar a los universitarios o a los adultos que desarrollan cualquier actividad profesional.
Te puedo contar de forma personal, que el primer año de carrera no paraba prácticamente ni a comer, pensando que cuanto más estudiara mejor. Y nada más lejos de la realidad.
El segundo año decidí hacer cambios porque veía que era insostenible (tenía hasta insomnio y pesadillas por la noche), así que me permití hacer varias paradas a lo largo del día, en las que hacía una pequeña siesta del “borrego” y otra poco después de comer. Además de guardarme mi tiempo para ir a hacer algo de ejercicio. Ahora llámame vago si quieres. Después no podrás.
No fue un milagro el que mis notas fueran muchísimo mejor para ese curso. Pero lo mejor de todo fue, que lo hice con una calidad de vida infinitamente mejor.